En julio de 1988 las señales de la crisis del “programa heterodoxo” se manifestaron con el alza del dólar a más de 200 intis y con una inflación de más del 30%. El 6 de setiembre el ministro de Economía Abel Salinas anunció un paquete de medidas económicas para detener la inflación que elevó la gasolina en 300% y el precio de los alimentos en un promedio del 150%. Esto significó el giro de la política económica a una orientación “ortodoxa” de recorte del gasto público y devaluación de la moneda para estabilizar la economía. Sin embargo, la “política de ajuste” no tuvo el éxito esperado y la inflación continuó en ascenso afectando la economía de los sectores populares, precisamente los más vulnerables. La crisis se fue agravando e hizo descender la aprobación del presidente García de 40% en julio de 1988 a 11% en julio de 1989.