El 18 de agosto se cometió la atroz matanza de 72 nativos asháninkas, incluidos 16 niños, de las comunidades del valle de Tsiriari, distrito de Mazamari, provincia de Satipo, Junín. Ese día entre 150 y 300 personas, en las que estaban decenas de nativos, atacaron armados de machetes, lanzas y escopetas a las comunidades de Tsiriari. La autoría de estos crímenes se adjudicó, por un comunicado oficial del Comando Político-Militar de la zona, a las columnas de SL por motivos de venganza. Sin embargo, el caso se oscureció cuando testimonios posteriores señalaban como autores al ejército y nativos ronderos, dirigidos por el “Teniente Veneno”. Estos testimonios señalan que el “Teniente Veneno” hizo esto para culpar a la base policial “Los Sinchis” con la cual había tenido conflictos al momento de organizar rondas de autodefensa. El caso ha quedado sin esclarecer.