El 28 de febrero se hizo la apertura de sobre de la subasta de las empresas estatales Entel Perú y Compañía Peruana de Teléfonos resultando ganadora Telefónica de España con una oferta de 2,002 millones de dólares. Dada la importancia de la suma fue promocionada como el símbolo del éxito del proceso de privatizaciones iniciado el año anterior. Sin embargo, este caso fue también ilustrativo de la complejidad del proceso: por un lado, en los años siguientes las conexiones de telefonía domiciliaria se expandieron notablemente a sectores populares urbanos y rurales; en la época anterior la instalación de una línea de teléfonos podía demorar tres años. De otro lado, esta venta incluía el monopolio del servicio hasta 1999, lo que se tradujo en la posición de imponer costos elevados, convirtiendo al Perú en uno de los países con la telefonía más cara del mundo.